martes, 26 de octubre de 2010

"Análisis las intermitencias de la muerte"

Y al día siguiente, nadie murió…

Es fácil percibir como el escritor a través de su obra trae a colación la interacción y muchos cuestionamientos que son reales acerca de lo que sucedería si la muerte al querer darnos una lección, dejara de hacer su trabajo durante 7 meses. En algún momento de nuestras vidas, quizás nos hemos preguntado ¿Qué pasaría si fuéramos inmortales?, creo que sentiríamos felicidad los primeros días, sin embargo, después de determinado tiempo, la muerte se reiría de nosotros al percibir la inconformidad que sentiríamos al ver los hospitales llenos de gente, al ver la sobrepoblación, lo que significaría que “aquellos”, nos están robando aire, espacio y tiempo.

Desde un aspecto social, puedo decir, ¿Qué sucedería entonces si fuéramos inmortales?; este libro al menos desde mi percepción, es como un baldado de agua fría, ya que página tras página se puede observar que la inmortalidad no es algo tan bonito como quizás en muchos momentos de la vida no la imaginamos, al contrario, se podría decir que en algún momento, pensamos que la inmortalidad es como un “superhéroe”, y aunque suene imaginario, para mí es un ejemplo claro para demostrar mi percepción acerca de este tema. Pero a través del libro, pude ver, como la inmortalidad es, “no estar ni bien vivos, pero tampoco estar bien muertos”, es decir, la inmortalidad no es estar como vegetales, un ejemplo claro seria ver los pasillos de los hospitales, llenos de personas en estado vegetal y peor aún, que el ambiente que se perciba sea más que todo, la perdida de la dignidad de nosotros los seres humanos al aceptar estar, en este estado tan lastimoso.

El libro me atrapó desde su primera página, gracias a la variación que hace el autor cuando en ciertas partes nos explica literalmente que es lo que nos quiso decir. Es importante mencionar que el autor mezcla todos los aspectos que influyen en la toma de decisión en un país, como la política, la sociedad, la mafia, etc., y a su vez, nos deja como lección que en la vida y hasta la muerte, debemos de tener a alguien en quien confiar en todo ámbito, tal como lo fue el perro, para el violonchelista.

Este libro concluye con el amor, el amor a la vida, el amor a los demás, el amor al amor, ese sentimiento tan grande e incomprensible, tan claro como confuso, el amor tan grande que hasta la muerte siente sueño y regresa con el amor de su vida el violonchelista y le perdona la vida quemando la carta y dejando indeterminablemente su tarea.

Y al día siguiente, nadie murió…

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