martes, 26 de octubre de 2010

"Asesoría"

En esta asesoría hablamos sobre los géneros literarios y la literatura latinoamericana; de igual manera realizamos un ejercicio donde todos nosotros los estudiantes participamos; este trataba que por medio de palabras formáramos frases, versos y poemas.
Este ejercicio me pareció muy importante, divertido, entretenido y el cual, nos ayudó a clarificar un poco la forma de escritura de un verso, un poema y una frase: a través de este ejercicio, clarifiqué varias dudas que tenía respecto a la escritura.
Generos literarios


El concepto de género se ha ido conformando históricamente; se entiende por género un conjunto de constantes retóricas y semióticas que identifican y permiten clasificar los textos literarios. Los géneros literarios son los distintos grupos o categorías en que podemos clasificar las obras literarias atendiendo a su contenido.

Puede resultar sorprendente que aún se utilice la primera clasificación de los géneros, debida a Aristóteles, quien los redujo a tres: épica, lírica y dramática. Hoy se mantiene esencialmente la misma clasificación con distintos nombres (narrativa, poesía y teatro), pero la evolución de los gustos y modas estéticas ha provocado que en muchos textos modernos resulte difícil fijar rígidamente los límites entre lo puramente lírico, lo narrativo o lo dramático.


GÉNERO LÍRICO: Los textos líricos expresan el mundo subjetivo del autor, sus emociones y sentimientos, o una profunda reflexión. Suele escribirse en verso pero también se utiliza la prosa.

GÉNERO ÉPICO: Relata sucesos que le han ocurrido al protagonista. Es de carácter sumamente objetivo. Su forma de expresión fue siempre el verso, ahora se utiliza la prosa.

GÉNERO DRAMÁTICO: Obras escritas en forma de diálogo y destinadas a la representación. En ellas el autor plantea conflictos diversos. Pueden estar escritos en verso o en prosa.

Subgéneros Líricos:

Oda: Composición lírica en verso, de cierta extensión y de tema noble y elevado.
Himno: Composición solemne que expresa sentimientos patrióticos, religiosos, guerreros...
Elegía: Composición lírica que expresa sentimientos de dolor ante desgracias individuales o colectivas.
Égloga: Composición poética de sentimientos amorosos y de exaltación de la Naturaleza, puesta en boca de pastores.
Canción: Expresa habitualmente emociones de tipo amoroso.
Sátira: Composición lírica, en verso o en prosa, que censura vicios individuales o colectivos.
Epigrama: Poema mordaz, agudo y conciso, generalmente escrito en verso. En Roma se desarrolló el epigrama como una breve sátira en verso que acababa con alguna expresión punzante. Desde el Renacimiento italiano, el epigrama adopta en la poesía occidental la forma del soneto. Las greguerías de Gómez de la Serna y los proverbios de Machado, pueden ser considerados modernos ejemplos de epigramas.

Subgéneros Épicos:

La epopeya: Narra una acción memorable y de gran importancia para la humanidad o para un pueblo.
Poema épico: Relata hazañas heroicas de un héroe nacional con el propósito de exaltar los valores de la nación. Los creados en la Edad Media se conocen como Cantares de gesta; de tradición oral, se componían para ser cantados por juglares o por los propios trovadores.
El romance: Narración en versos octosílabos con rima asonante en los pares, que describe acciones guerreras, caballerescas, amorosas...
La fábula: Relato en prosa o en verso de una anécdota de la cual puede extraerse una consecuencia moral o moraleja; sus personajes suelen ser animales.
La epístola: también escrita en verso o en prosa, expone algún problema de carácter general.

Entre los subgéneros narrativos en prosa encontramos:

El cuento: Narración breve de un suceso imaginario y con argumento muy sencillo. Aparecen en él un reducido número de personajes que participan en una sola acción con un solo foco temático. Aunque tradicionalmente poseía una intención moralizante, hoy su finalidad suele ser provocar en el lector una respuesta emocional.
Apólogo: Relato breve de finalidad didáctico-moral.
La leyenda: Narración breve basada en un relato tradicional de carácter misterioso, sobrenatural o terrorífico.
La novela: Su auge en los siglos XIX y XX ha sido tal, y sus variantes tan dispares, que resulta difícil una definición rigurosa. Suele entenderse por novela una narración extensa en prosa, con personajes y situaciones reales o ficticios, que implica un conflicto y su desarrollo que se resuelve de una manera positiva o negativa. Es un relato largo, aunque de extensión variable, con un argumento mucho más desarrollado que el del cuento. Y, a diferencia de lo que sucede con el cuento, al lector le importa no sólo lo que ocurre a los personajes, sino también lo que piensan y sienten, cómo evolucionan espiritualmente y cómo influye en ellos la sociedad donde viven. Su estructura es muy variable.
Existen varios tipos de novelas: realista, histórica, picaresca, intelectual, psicológica, policíaca, terror, ciencia-ficción, gótica, rosa, sentimental, pastoril, caballerías, picaresca...

Subgéneros Dramáticos:

La tragedia: Es la representación de terribles conflictos entre personajes superiores y muy vehementes, los cuales son víctimas de un destino ineludible; suele acabar con la muerte del protagonista.
La comedia: Es la representación, a través de un conflicto, del aspecto alegre y divertido de la vida, y cuyo desenlace tiene que ser feliz.
El drama: Es la representación de problemas graves, con intervención, a veces, de elementos cómicos, y su final suele ser sombrío.
Ópera: Composición dramática, en la que los personajes cantan íntegramente sus papeles, en lugar de recitarlos.
Zarzuela: Obra literario-musical, genuinamente española, en la que se combinan escenas habladas y cantadas. Suele reflejar vivos cuadros de costumbres, preocupaciones populares, sátiras políticas.
Paso, entremés y sainete: Piezas breve en un acto, en prosa o en verso, de tema ligero. El origen del sainete se encuentra en la tradición popular y posee un humor festivo y picaresco. Solía representarse en los entreactos de obras mayores. El sainete deriva del entremés y del paso y acentúa lo humorístico y popular de este último.
Auto sacramental: Obra de carácter alegórico que trata sobre un dogma de la Iglesia católica y tiene como fondo la exaltación del sacramento de la Eucaristía.
Melodrama: Nombre que en el siglo XIX recibían determinadas obras dramáticas de tipo folletinesco, convencional, caracterizadas por sus fáciles concesiones a un público sensiblero.

Existen otros géneros literarios como son:
La oratoria: De carácter oral, pretende convencer a un auditorio. La forma más habitual es la conferencia, exposición personal de un tema cualquiera.
La historia: Narración objetiva de hechos reales. Formas habituales son la biografía (narración de la vida de una persona) y la autobiografía (relato de la propia vida).

La didáctica: Tiene la finalidad de enseñar. Algunos subgéneros didácticos son:
El ensayo: Es el subgénero didáctico más importante en la actualidad; escrito siempre en prosa, consiste en la exposición aguda y original de un tema científico, filosófico, artístico, político, literario, religioso, etc... Con carácter general, es decir, sin que el lector precise conocimientos especiales para comprenderlo.
La crítica: Analiza y valora las obras o las acciones realizadas por otras personas.
Literatura latinoamericana.

La Literatura Latinoamericana es toda aquella literatura escrita originalmente en español, portugués o francés por autores de los países considerados como parte de América Latina.

La literatura latinoamericana es muy parecida en su definición a la iberoamericana y a la hispanoamericana. Sin embargo es muy fácil distinguir una de otra si se piensa en ellas como una serie de matrushkas.

La literatura hispanoamericana es la categoría más pequeña y sólo abarca las obras que originalmente se escribieron en lengua española;

La iberoamericana abarca tanto la literatura escrita en español como la redactada en portugués (siendo España y Portugal, cunas de los dos idiomas, los países que comprenden la Península Ibérica); La literatura latinoamericana, la categoría más grande, abarca a todas las obras literarias escritas en lengua romance en América Latina, y por ello engloba a las últimas dos y toma en cuenta al francés.


La literatura latinoamericana no toma en cuenta a las obras creadas en el continente en: inglés, holandés, u otras lenguas.


El Boom latinoamericano fue un movimiento literario que surgió alrededor de los años 1960 y 1970, cuando el trabajo de un grupo de novelistas latinoamericanos relativamente joven fue ampliamente distribuido en Europa y en todo el mundo. El boom está más relacionado con los autores Julio Cortázar de Argentina, Carlos Fuentes de México, Mario Vargas Llosa de Perú, Gabriel García Márquez de Colombia, y José Donoso de Chile.

No sólo bajo la influencia de Europa y Norteamérica modernistas, sino también por el movimiento de América Latina de la Vanguardia, estos escritores desafiaron las convenciones establecidas de la literatura latinoamericana. Su trabajo es experimental y, debido al clima político de la América Latina de la década de 1960, también muy política. El crítico Gerald Martin escribe: "No es una exageración para afirmar que si el continente del Sur fue conocido por dos cosas por encima de todos los demás en la década de 1960, éstas fueron, en primer lugar, la Revolución Cubana y su impacto tanto en América Latina y el Tercer Mundo en general, y en segundo lugar, el auge de la literatura latinoamericana, cuyo ascenso y caída coincidió con el auge y caída de las percepciones Liberales de Cuba entre 1959 y 1971".


El éxito repentino de los autores del Boom fue en gran parte debido al hecho de que sus obras se encuentran entre las primeras novelas de América Latina que se publicaron en Europa, por las editoriales de Barcelona, en España. De hecho, Frederick M, escribe que "novelistas latinoamericanos se hicieron mundialmente famosos a través de sus escritos y su defensa de la acción política y social, y porque muchos de ellos tuvieron la fortuna de llegar a los mercados y las audiencias más allá de América Latina a través de la traducción y los viajes y, a veces a través de el exilio".

"Análisis las intermitencias de la muerte"

Y al día siguiente, nadie murió…

Es fácil percibir como el escritor a través de su obra trae a colación la interacción y muchos cuestionamientos que son reales acerca de lo que sucedería si la muerte al querer darnos una lección, dejara de hacer su trabajo durante 7 meses. En algún momento de nuestras vidas, quizás nos hemos preguntado ¿Qué pasaría si fuéramos inmortales?, creo que sentiríamos felicidad los primeros días, sin embargo, después de determinado tiempo, la muerte se reiría de nosotros al percibir la inconformidad que sentiríamos al ver los hospitales llenos de gente, al ver la sobrepoblación, lo que significaría que “aquellos”, nos están robando aire, espacio y tiempo.

Desde un aspecto social, puedo decir, ¿Qué sucedería entonces si fuéramos inmortales?; este libro al menos desde mi percepción, es como un baldado de agua fría, ya que página tras página se puede observar que la inmortalidad no es algo tan bonito como quizás en muchos momentos de la vida no la imaginamos, al contrario, se podría decir que en algún momento, pensamos que la inmortalidad es como un “superhéroe”, y aunque suene imaginario, para mí es un ejemplo claro para demostrar mi percepción acerca de este tema. Pero a través del libro, pude ver, como la inmortalidad es, “no estar ni bien vivos, pero tampoco estar bien muertos”, es decir, la inmortalidad no es estar como vegetales, un ejemplo claro seria ver los pasillos de los hospitales, llenos de personas en estado vegetal y peor aún, que el ambiente que se perciba sea más que todo, la perdida de la dignidad de nosotros los seres humanos al aceptar estar, en este estado tan lastimoso.

El libro me atrapó desde su primera página, gracias a la variación que hace el autor cuando en ciertas partes nos explica literalmente que es lo que nos quiso decir. Es importante mencionar que el autor mezcla todos los aspectos que influyen en la toma de decisión en un país, como la política, la sociedad, la mafia, etc., y a su vez, nos deja como lección que en la vida y hasta la muerte, debemos de tener a alguien en quien confiar en todo ámbito, tal como lo fue el perro, para el violonchelista.

Este libro concluye con el amor, el amor a la vida, el amor a los demás, el amor al amor, ese sentimiento tan grande e incomprensible, tan claro como confuso, el amor tan grande que hasta la muerte siente sueño y regresa con el amor de su vida el violonchelista y le perdona la vida quemando la carta y dejando indeterminablemente su tarea.

Y al día siguiente, nadie murió…

"Elección de una obra de literatura universal para leer"

El libro que escogí para leer es: Las intermitencias de la muerte de José Saramago.


José Saramago:

José de Sousa Saramago (Azinhaga, Santarém, Portugal, 16 de noviembre de 1922 - Tías, Lanzarote, provincia de Las Palmas, España, 18 de junio de 2010)

Fue un escritor, novelista, poeta, periodista y dramaturgo portugués. En 1998 le fue concedido el Premio Nobel de Literatura. La Academia Sueca destacó su capacidad para «volver comprensible una realidad huidiza, con parábolas sostenidas por la imaginación, la compasión y la ironía»

Primeros años

José Saramago nació en la freguesia de Azinhaga (municipio de Golegã, en el distrito central del Ribatejo, Portugal), cerca del río Tajo, a 120 km al noreste de Lisboa.

Sus padres fueron José de Sousa y Maria da Piedade, una pareja campesina sin tierras y de escasos recursos económicos. Este origen marcaría profundamente el carácter y la tendencia político-teórica del escritor. El apodo de la familia paterna era Saramago ("Jaramago" en español, nombre de una planta herbácea silvestre de la familia de las crucíferas). El niño debería haberse llamado José Sousa, pero el funcionario del registro civil cometió un "lapsus calami" (error de pluma) y lo anotó como José «Saramago», aunque hay quienes dicen que fue una broma del funcionario, conocido de su padre. El registro oficial menciona el día 18 de noviembre, aunque fue el 16.

En 1925, la familia de Saramago se mudó a Lisboa, tras un breve paso por Argentina, donde su padre comenzó a trabajar de policía. Pocos meses después de la mudanza, falleció su hermano Francisco, dos años mayor. En 1934, a la edad de 12 años entró en una escuela industrial. En aquellos años incluso los estudios técnicos contenían asignaturas humanísticas. En los libros de texto gratuitos de aquellos años Saramago se encontró con los clásicos. Incluso en sus últimos años aún podía recitar de memoria algunos de esos textos.

Aunque Saramago era buen alumno, no pudo finalizar sus estudios porque sus padres ya no pudieron pagarle la escuela, por lo que para mantener a su familia Saramago trabajó durante dos años en una herrería mecánica.

Comienzos como escritor

Pronto cambia de trabajo y comienza a trabajar de administrativo en la Seguridad Social. Tras casarse en 1944 con Ilda Reis, Saramago comienza a escribir la que acabará siendo su primera novela: Terra de pecado, que se publicó en 1947 pero no tuvo éxito. Ese año nació su primera hija, Violante. Saramago escribió una segunda novela, Claraboya, pero nunca fue publicada. Los siguientes veinte años no se dedicó a la literatura. «Sencillamente no tenía algo que decir y cuando no se tiene algo que decir lo mejor es callar».

Entra a trabajar en una compañía de seguros. Simultáneamente colabora como periodista en Diário de Notícias, un periódico de alcance nacional, pero por razones políticas pronto es expulsado. Luego, colaboró como crítico literario de la revista Seara Nova y fue comentarista cultural. Formó parte de la primera dirección de la Asociación Portuguesa de Escritores, y también desempeñó la subdirección del Diário de Notícias. Desde 1976 se dedicó exclusivamente a su trabajo literario.

Sufrió censura y persecución durante los años de la dictadura de Salazar. Consigue trabajo en una editorial en la cual trabaja durante doce años. En su tiempo libre traduce varias obras: Maupassant, Tolstoi, Baudelaire, Colette. En 1966 publicó Os poemas possíveis.

En 1969 se afilió al por aquel entonces clandestino Partido Comunista Portugués. Ese mismo año se divorcia de Ilda y abandona su trabajo en la editorial para dedicarse plenamente a vivir de la escritura, bien como articulista, bien como novelista. En 1970 publica Provavelmente alegria.
Entre 1972 y 1973 fue redactor del "Diário de Lisboa". En 1974 se sumó a la llamada "Revolución de los Claveles", que llevó la democracia a Portugal. En 1975 publica O Ano de 1993.

Consagración

Su primera gran novela fue Levantado do chão (1980), un retrato fresco y vívido de las condiciones de vida de los trabajadores de Lavre, en la provincia de Alentejo. Con este libro Saramago consigue encontrar su voz propia, ese estilo inconfundible, límpido y casi poético que lo distingue. En los siguientes años, Saramago publica casi sin descanso: Memorial do convento (1982), donde cuenta las más duras condiciones de vida del pueblo llano en el oscuro mundo medieval, en épocas de guerra, hambre y supersticiones.

Este libro fue adaptado como ópera por Azio Corghi, y estrenado en el Teatro de la Scala de Milán, con el título de Blimunda (el inolvidable personaje femenino de la novela). También Corghi adaptó su obra teatral In nómine Dei, que con el nombre de Divara fue estrenada en Munster. De Azio Corghi es también la música de la cantata La muerte de Lázaro, sobre textos de Memorial del convento, El Evangelio según Jesucristo e In nómine Dei. Fue interpretada por vez primera en la iglesia de San Marco, de Milán. En 1984 Saramago publica O ano da morte de Ricardo Reis y en 1986 A jangada de pedra (La balsa de piedra), donde cuenta qué sucedería si la península ibérica se desprendiera del continente europeo. Ese año (cuando tenía 63 años) conoce a quien sería su esposa hasta el final de sus días, la periodista española Pilar del Río, natural de Castril, Granada nacida en 1950, quien finalmente se convierte en su traductora oficial en castellano.

"La literatura latinoamericana de vanguardia"

Contexto histórico

Los movimientos de vanguardia surgieron en Europa con un espíritu combati­vo y rebelde que se oponía a las formas artísticas anteriores.
En América latina, la vanguardia representó una ruptura con la tradición retórica y de armonía formal del Modernismo y trabajó por revolucionar el len­guaje poético a fin de producir un arte tan universal y trascendente como el de las metrópolis europeas, con las que mantenía un contacto fluido.Los poetas vanguardistas querían inventar, a partir de las posibilidades infi­nitas del lenguaje, un mundo nuevo en el que no existieran las fronteras culturales. Pero también manifestaban la necesidad de expresar las culturas nacio­nales a través de la vuelta hacia las propias tradiciones para encontrar las raíces de la identidad latinoamericana.

Las décadas de la razón y del progreso

Hacia fines del siglo XIX y comienzos del xx, se afianzaron la filosofía positivista, -representada por el pensamiento del francés Auguste Comte (1798-1857)- y el materialismo económico, basados ambos en una fe incuestionable en la razón, el progreso y el conocimiento científico de la reali­dad. Los grandes avances tecnológicos en las comunicaciones, como por ejemplo: la invención del teléfono, del cine y del avión, originaron una nue­va sensibilidad del tiempo y del espacio, regida por la velocidad, la simulta­neidad y el acortamiento de las distancias.

Sin embargo, ya en la primera década del siglo xx, se vislumbraron los peligros de una aplicación indiscri­minada de los hallazgos tecnológicos, sobre to­do en la producción de armamentos, que de­sembocaron en la tragedia de la Primera Guerra Mundial. La guerra y sus secuelas conmociona­ron el panorama internacional y motivaron un cuestionamiento de los límites de la razón y del sentido del progreso. La guerra evidenció el desprecio por la vida humana, aumentó el es­cepticismo e impuso una filosofía hedonista, que proponía gozar el momento. Tras la gue­rra, se fortaleció notablemente el sentimiento nacionalista y, a pesar de que los vencedores declararon su intención de instaurar regímenes democráticos, muchas naciones terminaron con gobiernos autoritarios: el nazismo en Ale­mania, el fascismo en Italia y el comunismo en la Unión Soviética.
En este contexto y desde el punto de vista sociocultural, las vanguardias surgen como una reacción contra la sociedad burgue­sa, cuyas aspiraciones habían conducido a la guerra en Europa. Las vanguardias fueron en general movimientos o "ismos" de corta duración, que a pesar de su multiplicidad, tenían en común la búsqueda de la ruptura total con las formas expresivas que habían adoptado la música, la pintura, la literatura, la arquitectura y el cine.

América latina a comienzos del siglo xx

En el contexto específico de América latina, el surgimiento de los Esta­dos Unidos como potencia hegemónica creó una nueva situación de dependencia económica y financiera caracterizada por la inestabilidad. En el mar­co social, las clases media y obrera asumieron un papel cada vez más prota­gónico y, a su vez, antagónico de las estructuras patriarcales que domina­ron las últimas décadas del siglo XIX.

El predominio de las oligarquías lati­fundistas comenzó entonces a ser socavado por los movimientos populares, bajo la influencia del anarquismo y del socialismo europeo transplantados a América latina por las grandes olas inmigratorias de comienzos del siglo xx. La movilidad social fue promovida, también, a través de la expansión de los derechos a todos los ciudadanos y a través de la educación como, por ejem­plo, en la Argentina donde se sancionó, en 1912, la ley Sáenz Peña del voto universal (aunque con exclusión de las mujeres), secreto y obligatorio.

Revoluciones y movimientos sociales

En las primeras décadas del siglo xx, estallaron importantes movimientos revolucionarios en México (1910) y en Rusia 1917). La reforma agraria, la nacionalización de los recursos y la promoción de las clases trabajadoras fueron los objetivos co­munes más salientes de esos movimientos que dejaron una in­fluencia duradera y reconocible en los regímenes populistas de décadas posteriores, como el peronismo en la Argentina, el bat­llismo en Uruguay, el vanguardismo en Brasil o el cardenismo en México.

En el caso particular de la revolución mexicana, se pro­dujo una revalorización de lo autóctono y una reflexión profun­da sobre el carácter nacional. Unos años más tarde, en la región andina (Perú, Bolivia y Ecuador) y en México, surgió el movi­miento indigenista que denunció la condición marginal del indio y lo hizo protagonista de expresiones artísticas, tanto en la lite­ratura como en la plástica.

Algo similar ocurrió con el legado cultural de los antiguos esclavos negros, que comenzó a ser revalorizado por la misma época como elemento fundamental en las culturas del Caribe y del Brasil. El determinismo social -que condenaba a estas razas a una situación de inferioridad- se transformó gracias a estudios sociológicos y etnológicos. Los aportes de estos grupos raciales a la hibridez cultural del conti­nente fueron altamente estimados por los vanguardistas, no só­lo por sus posibilidades estéticas, sino también por su contribución a los procesos históricos y culturales.

La ciudad y los medios de comunicación

La modernidad y la creciente industrialización de comienzos del siglo XX hallaron su escenario en el ámbito urbano. Las ciudades crecieron y se transformaron al ritmo de los nuevos adelantos tec­nológicos, y adquirieron una dinámica cada vez más vertiginosa en expansión física y cultural. Diarios y revistas se multiplicaron y se convir­tieron en los principales medios de difusión masiva de las novedades políticas, sociales y culturales, y fueron vehículo de información acerca de los acontecimientos internacionales y de los progresos de la literatura y de las artes.

Ya desde el Modernismo, la participación activa de los intelectuales en medios periodísticos y en publicaciones de difusión continental, posibilitó la circula­ción de ideas, autores y corrientes estéticas entre América latina y Europa, y puso en contacto directo a artistas y pensadores de diferentes regiones.En medio de tales acontecimientos, bajo la gran influencia cultural de los movimientos europeos y ante la necesidad de consolidar la independencia política y de promover la estabilidad económica, los países latinoamericanos comenzaron a desarrollar una autoconciencia nacional y de identidad ante a la hegemonía estadounidense y al etnocentrismo europeo. Se planteó entonces la necesidad de crear modelos culturales y artísticos que permitieran conjugar las propuestas innovadoras de las vanguardias europeas con la realidad histórica y social del continente, con sus ele­mentos propios y autóctonos.

Europa y América latina: identidad y diferencia

La palabra vanguardia se origina en e! lenguaje de las campañas militares en las que así se designa al grupo de soldados que marcha adelante del batallón; hacia la primera mitad del siglo XIX, en Francia, se comenzó a aplicar como nombre de una tendencia artística que representaba un "avance" con respecto a las anteriores. En el plano propiamente literario, se utiliza, por primera vez, alrededor de los años de la Primera Guerra Mundial. Así la expresión "Iittérature d'avant-garde" traduce el espíritu combativo y rebelde que caracterizó a estos movimientos en el contexto europeo.

Estos "ismos" se originaron en diferentes países: el Futuris­mo en Italia, el Dadaísmo en Suiza, el Expresionismo en Alemania, el Surrealismo en Francia o el Imaginismo en los Estados Unidos. Todos ellos se caracterizaron por su rechazo de la realidad objetiva, tal como la habían concebido el Realismo y el Naturalismo decimo­nónicos. La crueldad de la guerra y la decadencia de valores promovieron una visión del mundo como caos, un sentimiento de angustia y un recha­zo visceral de todo convencionalismo burgués. Se buscó expresar la única dimensión concebida como real: las profundidades de la conciencia hu­mana o del inconsciente. Las vanguardias se caracterizaron por el estre­cho contacto y por el constante intercambio entre las artes, particular­mente entre la literatura y la pintura.

Vanguardias y redefinición de la identidad

En América latina, la vanguardia cobra impulso a partir de 1916 con la apertura a todas las estéticas y gracias a la iniciativa de creadores, como los chilenos Vicente Huidobro (1892-1948) y Pablo Neruda (1904-1985), el peruano César Vallejo (1892-1938), y los argentinos Oliverio Girondo (1891-1967) y Jorge Luis Borges (1899-1986) entre otros. La vanguardia latinoamericana representó una ruptura con la tradición retórica y de armonía formal del movimiento iniciado por el nicaragüense Rubén Darío a fines del siglo XIX.

Sin embargo, el Modernismo encarnó un inten­to de expresarse en un lenguaje poético forjado en el aquí y ahora de Amé­rica latina, más allá de las influencias de la tradición grecolatina y france­sa. Las vanguardias repitieron, en cierta medida, ese doble movimiento de acercamiento y alejamiento de Europa. Por un lado, nacieron casi simultá­neamente en ambos continentes debido a la influencia de artistas euro­peos. La sincronía de estos movimientos puede ejemplificarse con la figura de Vicente Huidobro, que presenció el surgimiento del movimiento dadá en Zurich, se relacionó con los surrealistas en París y fundó el Creacionis­mo en Chile, París y Madrid. Por otro lado, las vanguardias manifiestan la necesidad expresar las culturas nacionales, a través de la vuelta hacia las propias tradiciones. Como el contexto de producción era diferente, la innovación estética de las vanguardias se cargó de connotaciones políticas y sociales distintas de las de los movimientos vanguardistas europeos. El arte, reservado hasta entonces a las clases altas y conservadoras, adoptó un discurso inconformista que se inició en lo estético, pero tuvo resonan­cia en la política, como un rechazo del predominio burgués.

Las vanguardias en América del Sur

La vanguardia latinoamericana se forja a partir de la experimenta­ción en poesía, y sus principios y postulados son difundidos a través de manifiestos, programas o revistas. El tono es siempre apasionado y se busca escandalizar al público a través de propuestas contrarias a los cáno­nes imperantes. En sus primeras expresiones, las vanguardias de América del Sur asimilaron las innovaciones europeas, reaccionaron contra el Moder­nismo decadente y trabajaron por revolucionar el lenguaje poético a fin de producir, desde América, latina un arte tan universal y trascendente como el de las metrópolis europeas.

La Argentina
Entre las principales vanguardias de la Argentina se encuentran el UItraísmo, movimiento de origen español (1918-1922) con influjos del Cubis­mo y del Futurismo. El grupo ultraísta se formó en Buenos Aires después de que Borges regresara de España y en torno a la revista Prisma (1921-1922). Más tarde se fundó Proa (1922-23, 1924-25), Y como complemento y suce­sión de esta, la revista Martín Fierro (1919, 1924-27), donde Oliverio Giron­do publicó el manifiesto martinfierrista, por el que apelaba a una expresión más radical y subversiva de la "nueva sensibilidad". Tanto el UItraísmo como el Martinfierrismo pusieron el acento en la renovación lírica a través de imágenes y de metáforas sorprendentes y originales.

CHILE
El chileno Vicente Huidobro fue el fundador y el centro del Creacionis­mo surgido casi simultáneamente con el Ultraísmo e influido por la estética cubista y su técnica de montaje por yuxtaposición. Su postulado principal era una poesía independiente de la realidad. "El poeta es un pequeño Dios", dice Huidobro en "Arte poética"; la palabra crea el mundo, y la poe­sía devela lo desconocido.

BRASIL
El movimiento modernista en Brasil aunó las búsquedas innovadoras de cubistas, futuristas y surrealistas con el redescubrimiento de la cultura autóc­tona y con la superación de un complejo de inferioridad frente a la metrópoli europea. Oswald de Andrade (1890-1954), en su "Manifiesto Antropofágico", destaca la inmensa capacidad de adoptar (comer) patrones extranjeros y adaptados (digerirlos) de acuerdo con las propias necesidades culturales.

PERÚ
El escritor peruano César Val1ejo, si bien no está asociado a ningún "ismo", es considerado vanguardista. A partir de la publicación de Trilce (1922), Val1ejo presenta una poesía abstracta y hasta cierto punto hermética, en la que el lenguaje como signo y significado se desintegra y se renueva. Su obra se equipara a la de los grandes poetas universales del siglo XIX, como Charles Baudelaire, Arthur Rimbaud y Mal1armé, ejemplos de una constante renovación de la poesía para expresar una sensibilidad siempre original.Lo universal como patrimonio latinoamericano

El término identidad implica un doble proceso: el reconocimiento de aquello que diferencia a cada persona de las demás y la hace idéntica a sí misma y, a la vez, el reconocimiento de las características que determi­nan su pertenencia a un determinado grupo, categoría o especie. Hablar, pues, de la identidad de una nación o de un continente requiere establecer sus diferencias con respecto a otros lugares, pero también sus aspectos universales en un momento preciso de su historia. En este sentido, las vanguardias presentaron a América latina -definida desde siempre a partir de mo­delos extranjeros- el desafío de participar en los pro­cesos culturales mundiales sin subordinación a nin­guna influencia y con propuestas que demostraran la posibilidad de dialogar con los movimientos europeos.

Si bien César Vallejo, Oliverio Girondo y Vicente Huidobro están en constante intercambio con Europa, hay en los tres la convicción de que su origen latinoa­mericano no invalida la universalidad de su poesía, basada en la originalidad y en el poder creativo de la imaginación humana.

No se busca encontrar la forma oculta de América o de expresar su esencia, sino más bien de desprovincializar el lenguaje poético latinoame­ricano, de declarar el fin de la civilización occidental y la necesidad de inventar, a partir de las posibilidades infi­nitas del lenguaje, un mundo nuevo. Como dicta el epí­grafe de Girondo, ellos son capaces de "digerir" cualquier influencia para ha­cerla propia y devolverla transformada al mundo. Todos comparten, además, una fe inamovible en el poder creador de la palabra y el deseo de instaurar un mundo poético independiente de la realidad en una poesía no-mimética.

De lo particular a lo universal

Poemas Nocturno y A la púa de Oliverio Girondo; Poema II y XIV de César Vallejo y Altazor de Vicente Huidobro.

En todos estos poemas, se reconocen las referencias al ámbito urbano y a la tecnología que lo transforma. Esto sucede, particularmente, en "Nocturno" de Girando, en el que los cables, los postes telefónicos, la electricidad se imponen y au­mentan la sensación de fugacidad y de contingencia de las cosas que, al mismo tiempo, marcan la identi­dad del hombre moderno.

En los tres autores, sin embargo, la anécdota y el referente se "adelgazan" al máximo; de ello, son el ejemplo más representativo los poemas de Trilce, en los que Vallejo expresa su rechazo a la realidad y a las instituciones (culturales y sociales) que la definen. Si bien los re­cuerdos personales no están ausentes -como en el "Poema XIV" en el que alude a su llegada a Lima desde su Trujillo natal-los poemas buscan expresar lo inefable de la emoción: el absurdo y la confusión (en el "Poema XIV") o la lacerante conciencia del tiem­po y su reflejo en el lenguaje ("Poema U"). La poesía de Vallejo crea un código personal, muchas veces hermético, que no sólo juega con los significados sino también, con el aspecto material del lenguaje, como el sistema de mayúsculas, la distribución del verso y la puntuación.

ALTAZOR : LA BÚSQUEDA DE UNA NUEVA EXPRESIÓN

Altazor o el viaje en paracaídas, que expone los principios del movimiento creacionista impulsado por Huidobro, se publicó en 1931. En el texto, hay una concepción del poeta como vidente o demiurgo (alma universal, que es el principio activo del mundo) y que, en el fragmento, se presenta como un "nuevo atleta" que salta sobre la "pista mágica" en un derroche de "gimnasia astral". Se produce una especie de diálogo interior en que el ha­blante poético -máscara de Huidobro- se desdobla y se mueve en todas di­recciones encarnando la paulatina disolución del mundo y de su lenguaje, condición indispensable para su reinvención en la poesía. Tras el rechazo claro de la retórica modernista encarnada en la "señora arpa de bellas imáge­nes", el fragmento urge a abandonar los símiles que se encadenan a partir de "Plantar miradas como árboles". Se asiste entonces al "entierro de la poesía" y, con él, al de todas las lenguas y al de todas las culturas. A partir de esa afirmación, surge el imperativo "Levántate y anda" para una resurrección que vaya más allá de las palabras y de la gramática, hacia "vocablos sin som­bra", en el juego constante, intenso y fugaz de la creación poética.

Los experimentos formales

Los poemas de Vallejo, Girondo y Huidobro son emblemáticos de la renovación que vive la poesía durante las vanguardias. En to­dos ellos, los elementos característicos de la poesía tradicional -co­mo la rima, la precisión métrica y el uso de esquemas estróficos- desapare­cen para hacer fluir la expresión poética más allá de cualquier límite estructural. El verso breve se sucede o se agrupa, en el caso de Vallejo, si­guiendo el ritmo del pensamiento y del concepto, las imágenes se yuxtapo­nen y se continúan en el poema en prosa de Girondo; la palabra poética se lanza hacia el vacío en largas tiradas de versos libres e irregulares, en el ca­so de Huidobro. El ritmo está marcado por la sonoridad de las pala­bras, que no siempre se ajustan a un vocabulario estrictamente lírico, ya que se incorporan expresiones coloquiales y cotidianas que cada poeta reinventa en su trabajo constante con el lenguaje.

Otros recursos sirven también para darles musicalidad a los poemas: re­peticiones y anáforas (como en el "Poema U" de Vallejo), paralelismos sintácticos (como en la larga sucesión de frases regidas por infinitivos en el fragmento de Altazor), encabalgamientos ("Poema XIV" de Vallejo); uso de la puntuación para aumentar la expresividad del verso (signos de admira­ción en Girondo o la falta de signos, que crea continuidad y vértigo en Hui­dobro). La abundancia de personificaciones, la metáfora exagerada hasta la catacresis (como el grillo en Girando, que conceptualiza un silencio "so­noro"), las sinestesias, que apelan a todos los sentidos son algunos de los recursos poéticos tradicionales que también se renuevan en la "alquimia lingüística" de estos autores.

Otras tendencias vanguardistas

Los movimientos de vanguardia surgidos en América latina res­pondían al impulso internacionalista de desarrollar un lenguaje poé­tico que excediera las fronteras nacionales y culturales. Lo universal se interpretó y adaptó al propio contexto social, al mismo tiempo que se proyectó la expresión poética hacia el mundo, en un doble movimiento centrípeto y centrífugo a la vez. Algo similar ocurrió en México, donde la vanguardia vino precedida de ejemplos, como el de José Juan Tablada (1871-1945) quien produjo tempranamente caligramas e ideogramas, y adoptó la fuerza sintética de la forma poética japonesa "haiku". La revolu­ción de 1910 trajo a la palestra, por un lado, los intereses rurales y las tra­diciones indígenas y, por el otro, promovió la industrialización, la urbani­zación y e! contacto con ideologías internacionales, como el socialismo. El primer movimiento mexicano de vanguardia, el Estridentismo, tuvo co­mo portavoz al poeta Manuel Maples Arce (1898-1981). Este movimiento modificó sustancialmente el panorama cultural y literario mexicano, ata­do por ese entonces al Realismo en narrativa y a las formas novecentistas modernistas y postmodernistas en poesía.

El Estridentismo: de lo universal a lo nacional

El Estridentismo estuvo intensamente ligado al Futurismo italiano en su atención al presente y al futuro, su fascinación por el movimien­to y por la máquina, su exaltación del paisaje urbano. En cuanto a su contenido temático, difiere bastante del de las otras vanguardias latinoame­ricanas por su tono futurista. También recibió influencias, aunque no tan marcadas, del francés Guillaume Apollinaire (1880-1918), del Dadaísmo y del Creacionismo de Vicente Huidobro.

El Estridentismo da preeminencia a la metáfora como recurso poético, elude la ornamentación superflua y el adjetivo inútil y prefiere el verso suelto breve que condensa toda una ima­gen. Puso el acento en el contenido semántico de la palabra más que en el valor fónico, con directa referencia al mundo circunstancial y con predomi­nio de imágenes auditivas "estridentes". Esta escuela, que se inició como reacción heterodoxa contra el canon tradicional imperante, se convir­tió poco a poco en programa político.A partir del poema Urbe (1924) de Maples Arce, la tendencia se orientó más hacia una ideología de izquierda que literaria. En el contexto de la Re­volución mexicana, que alrededor de 1920 se volcó a un regionalismo más intenso y que incluyó como componentes esenciales de la identidad nacio­nal, los estratos hasta entonces subordinados o reprimidos, el Estridentismo se transformó de revuelta estética pequeño burguesa, en aliado de la causa campesina y proletaria.

Este movimiento contó entre sus representantes con Luis Quintanilla (1893-1978) y Germán List Arzubide (1898-1998), entre otros. Sus innova­ciones fueron integradas más tarde en la política mexicana por el grupo de los Contemporáneos -Jaime Torres Bodet (1902-1974), Xavier Villaurrutia (1903-1950), Carlos Pellicer (1899-1977) y José Gorostiza (1901-1973)-, que aspiraron a una renovación no sólo de la poesía, sino de la identidad cultu­ral y nacional en todas sus manifestaciones .

Cuba, la poesía negra
En el Caribe, y particularmente en Cuba, las vanguardias tuvie­ron un impacto tardío, tal vez por el arraigo del Modernismo y del Postmodernismo. Sin embargo, a partir de la Revista de Avance y con el grupo Minorista (1927-1930), comenzaron a abrirse nuevos rumbos para la expresión poética en la obra de Eugenio Horit (n.1903) y de Emilio Ballagas (1910-1954), entre otros. Este mo­mento literario se caracteriza por la aparición de dos tipos de poesía: la poesía pura y la lírica negra o afrocubana. La primera señala una continuación de la estética simbolista ejemplificada por Stéphane Mallarmé (1842-1898), que busca desentenderse de toda anécdota, sentimiento u objeto, y abreva únicamente en el lenguaje y en la fantasía. El mayor representante de esta poesía es Mariano Brull (1891-1956) cuyos versos presentan paisajes desrealizados y una abstracción esencial. Sin embargo, Brull adoptó algunos de los elementos populares de tradicionales cantares españoles e integró efectos onomatopéyicos para dotar a sus poemas "puros" de ciertas resonancias vitales. A él se atribuye la invención de la "jitanjáfora", basada en el puro juego fónico de las palabras, en la que el sentido reside en el sonido.La poesía negra, con Nicolás Guillén (1902-1989) a la cabeza, fue el punto de partida de una producción de corte social que apro­vechó los elementos del folclore negro, sus temas y ritmos co­mo raíces de la identidad cubana. En ella, se combina la protesta con la magia y con la música afrocubanas. Esta poesía florecerá tam­bién en la pluma del puertorriqueño Luis Palés Matos (1898-1959) quien, tras su participación en varios movimientos vanguardistas re­lativamente efímeros, escribió la obra maestra de la poesía negra, Tun-tun de pasa y grifería (1937).

El Surrealismo en América latina: más allá de lo exótico

El rescate de estos elementos autóctonos no obedecía a la misma atracción por lo "exótico" de las vanguardias europeas, principal­mente del Surrealismo. En el caso de América latina, respondía a experiencias personales. Precisamente, el Surrealismo será un punto de contención en América latina, donde el mundo antirracional y mítico de culturas "primitivas" constituía el sustrato esencial de un modo de ver y de comprender la realidad, y no un programa estético o el resultado de la aplicación de ciertas técnicas y métodos de creación.
El cubano Alejo Carpentier (1904-1980) dejó sentada esta diferencia en un ensayo escrito en 1928 sobre las vanguardias europeas y el Surrealismo. En realidad, lo que se produce es un fructífero intercambio entre las proyec­ciones de un paraíso prelógico en el territorio americano y africano de los surrealistas y el redes cubrimiento de la identidad cultural que los latinoa­mericanos realizan durante las vanguardias. Tal vez, por ese motivo, el Su­rrealismo fue entre las vanguardias históricas uno de los movimientos de mayor duración en el derrotero artístico de América latina, en el siglo xx.

Estridentismo: una literatura ideológica

El "Manifiesto Estridentista" presenta claras coincidencias con el movi­miento futurista, iniciado por el italiano Filippo Tommaso Marinetti en 1909. Entre otras correspondencias, el Estridentismo tiende a la abolición de toda institución cultural establecida ("ranciolatría ideológica") y se en­trega a un vitalismo expresado en un arte nuevo, juvenil, entusiasta y pal­pitante", que exalta el movimiento y la belleza de la máquina. Se desdeña la poesía sentimental y, en consonancia con los sucesos políticos me­xicanos, exige un contenido ideológico para la poesía. Para expresar esta nueva sensibilidad, es necesario crear vocablos nuevos y "estridentes"; "afirmal", "unisistematizal", "ranciolatría", "pugnazmente", etc. Maples Arce puso en práctica estos principios estridentistas en los textos de Andamios interiores (1922).En ese libro, une lo exterior a su percepción de objetos y de sensaciones, y crea una estética de ángulos y planos que recuerdan al Cubismo y que se prestan naturalmente a la pintura de la ciudad moderna, impulsada por la mecanización y por la industria. La naturaleza se mecaniza, y el paisaje y el léxico se cubren de telégrafos, locomotoras, arsenales, con terminología propia del Futurismo, pero que sirve para reflejar las transformaciones experimentadas por la ciudad latinoamericana y por sus habitantes en la mo­dernidad de principios de siglo. En este libro hay, sin embargo, referencias al movimiento del proletariado, que anuncia la dirección que tomará el Es­tridentismo más tarde y que se explicita en el largo poema Urbe (1924), de evidente corte marxista.

Euforia e identidad panamericana

El mismo año del "Manifiesto Estridentista", Luis Palés Matos y Tomás Batista redactaron en Puerto Rico el "Manifiesto Euforista", con un tono di­ferente del de Maples Arce. Como en el caso del Estridentismo, se promue­ve la labor de los "poetas jóvenes", pero su poesía está nutrida de la naturale­za imponente de una América indómita. Si bien se exalta la renovación, es sobre "la grande ruina del pasado", a partir de sentir la "sangre primitiva de los antiguos" en la propia, como se alzará la poesía que exprese la conquista de América por los americanos. El movimiento euforista, de corta duración, alentaba un panamericanismo (doctrina política que preco­niza el conocimiento y la colaboración de todas las naciones de América), en cierta medida, también deslumbrado por la potencia de la máquina y por el impulso futurista. Si Girondo destacaba la posibilidad de asimilar y de transformar las influencias universales, los puertorriqueños prefieren olvi­darse de los "poetas que beben en Londres y digieren en París" para concen­trarse en una expresión autóctona que, por serio, es renovadora.

Esta posición que podría haber sido interpretada en el contexto europeo como tradicionalista y no de vanguardia, en América latina, equivale a una ruptu­ra con la pasada subordinación incondicional al canon europeo y propone el desarrollo del propio potencial basado en la identidad americana. La actitud vanguardista de este grupo, por lo tanto, está definida por la reacción con­tra el etnocentrismo europeo y su influencia exclusiva en la creación de una nueva poesía.

Oralidad, música y poesía: marcas de identidad

En conexión con la vertiente americanista del Euforismo, la poesía del cubano Nicolás Guillén forma parte de la vanguardia por su rescate de los elementos folclóricos y orales de una rique­za formal inigualable y renovadora. Creador del poema-son, la poética de Guillén está basada en la combinación de la música y el folclore cubanos con ritmos africanos y con el octosíla­bo, verso tradicional y popular de la lírica española, tal co­mo aparecen combinados en Songoro Cosongo. Guillén prefería lla­mar "mulata" en lugar de "negra" a su poesía para recalcar el mestizaje cultural del que nacía. En el poema "Si tú supieras ... ", se evidencia el talento de Guillén para rescatar los elementos orales y para transcribirlos al ámbito de la escritura. La repro­ducción del habla de los negros a través de los cambios ortográ­ficos y del empleo del vocabulario local (NbachataN, Nmamey) ele­va el folclore cotidiano al plano literario y lírico. El uso de jitan­jáforas, como el juego puramente fónico, acentúa el ritmo -elemento esencial del poema conce­bido de acuerdo con la música que identifica al negro- y se alter­na en los poemas de sus primeros libros con la denuncia y con el mensaje antiimperialista que avanza en Motivos de Son (1930) y se consolida en West Indies Ltd. (1934). A partir de entonces, y con intensidad variable a través de toda su obra, sus poemas fusionan en distintas proporciones los ritmos antillanos, la intensidad verbal y el ideario de la revolución. Tanto en su vida como en su obra, Guillén permaneció en constante inter­cambio con los procesos políticos y sociales, y la carga ideológi­ca de su poesía halló un continente perfecto en la tradición afro­cubana y en la sensualidad de sus imágenes.
“Llegada” a una nueva imagen americana

En el poema "Llegada", el elemento oral y folclórico se atenúa en la ex­presión más universal de un "yo" plural que declara el valor de su contri­bución al perfil definitivo de América. El paisaje tropical de bosques y palmeras reafirma el origen, y la fuerza de su naturaleza garantiza la conquista de la ciudad y de los hombres antiguos. En este caso, no es la pujanza de la ciudad moderna lo que se exalta, sino su debilidad; y se la interpreta a través de códigos del mundo natural, ajeno y mucho más fuerte que el de la civilización: los palacios citadinos son tenues como panales de abejas silvestres o las calles están secas como los ríos cuando no llueve en la montaña.

La alternancia de versos largos y breves dibuja puntual­mente el ritmo del avance hacia la ciudad. La expresión se vuelve más di­recta, en imágenes que explotan el símil más que la metáfora, en un canto que es como un músculo bajo la piel del alma y debe ser, ante todo, sencillo. Como en toda la poesía de Guillén, en este poema, se conjugan la palabra y el puño, la belleza y la violencia, la revolución formal y la revolución ideológica.

"Asesoría"

El poeta, es un escritor dedicado a la producción de poesía. Hay quienes consideran que la mejor poesía es, hasta cierto punto, eterna y universal, y que trata de temas comunes a todo ser humano; otros están más absortos en sus cualidades particulares, personales y efímeras o simplemente lingüísticas.

“Cortar las listas del tulipán”
- No hay que leer todo sobre el tulipán, para saber qué es lo que es un tulipán –

- Unas de las tareas fundamentales del poeta, es nombrar, crear e implementar nuevos sentidos.

- En clase trabajamos algunos autores, algunos de ellos son:

·Jaime Jaramillo escobar: “La poesía y la vida”
El texto de este autor, ayuda y se convierte en un método fácil y rápido para llegar a ser poeta.

·Ramón Gómez de la Serna: “El diccionario de lo que no existe”
Periodista y escritor español, peculiar y original al que se le debe la creación de la greguería y cuya personalidad fue tal que se le conoce simplemente por Ramón.

Lo que se edita con más agobio y constancia son los diccionarios. Encontrar materia para un nuevo diccionario es como meter el caño en un yacimiento de petróleo y ver surgir la riqueza. Pero el diccionario que se echa de menos, el que podría ser una lección maravillosa, en vez de una redundancia de recopilaciones, es el diccionario de lo que no existe.

·Eduardo Galeano: “Sucedidos 3”
P
eriodista y escritor uruguayo, ganador del premio Stig Dagerman. Es considerado actualmente como uno de los más destacados escritores de la literatura uruguaya.

Él cuenta sucedidos de la gentecita linda del pueblo, la gente recién creada, que huele a barro todavía; y también cuenta lo sucedidos de algunos tipos estrafalarios que él conoció, como aquel espejero que hacía espejos y en ellos se metía y se perdía, o aquel apagador de volcanes que el diablo dejó turto por venganza, escupiéndole un ojo.

·Rubén Darío: “la resurrección de la rosa”
Fue un
poeta nicaragüense, máximo representante del Modernismo literario en lengua española. Es posiblemente el poeta que ha tenido una mayor y más duradera influencia en la poesía del siglo XX en el ámbito hispánico. Es llamado príncipe de las letras castellanas.
Amiga pasajera, voy a contarle un cuento. Un hombre tenía una rosa; era una rosa que le había brotado del corazón. ¡Imagínese usted si la vería como un tesoro, si la cuidaría con afecto, si sería para él adorable y valiosa la tierna y querida flor¡ ¡Prodigiosa de Dios! La rosa era también como un pájaro; parlaba dulcemente, y en veces, su perfume era tan inefable y conmovedor, como si fuera la emanación mágica y dulce de una estrella que tuviese aroma.

·Oliverio Girondo
Buenos Aires, 17 de agosto de 1891 - Buenos Aires, 24 de enero de 1967) fue un destacado poeta argentino.


·Virgilio Piñera: “el infierno”
Fue un poeta, narrador y dramaturgo
cubano.

Cuando somos niños, el Infierno es nada más que el nombre del diablo puesto en la boca de nuestros padres. Después, esa noción se complica, y entonces nos revolcamos en el lecho, en las interminables noches de la adolescencia, tratando de apagar las llamas que nos queman, ¡las llamas de la imaginación! Más tarde, cuando ya no nos miramos en los espejos porque nuestras caras empiezan a parecerse a la del diablo, la noción del Infierno se resuelve en un temor intelectual, de manera que para escapar a tanta angustia nos ponemos a describirlo. Ya en la vejez, el Infierno se encuentra tan a mano que lo aceptamos como un mal necesario y hasta dejamos ver nuestra ansiedad por sufrirlo. Más tarde aún (y ahora sí estamos en sus llamas), mientras nos quemamos, empezamos a entrever que acaso podríamos aclimatarnos. Pasados mil años, un diablo nos pregunta con cara de circunstancia si sufrimos todavía. Le contestamos que la parte de rutina es mucho mayor que la parte de sufrimiento. Por fin llega el día en que podríamos abandonar el Infierno, pero enérgicamente rechazamos tal ofrecimiento, pues, ¿quién renuncia a una querida costumbre?

·José Emilio pacheco: “problemas del infierno”
Es un poeta, ensayista, traductor, novelista y cuentista
mexicano integrante de la llamada "Generación de los años cincuenta", junto a Carlos Monsiváis, Eduardo Lizalde, Sergio Pitol, Juan Vicente Melo, Vicente Leñero, Juan García Ponce, Sergio Galindo y Salvador Elizondo.

Una vez cada cien mil años los demonios autorizan ochenta suicidios en el infierno. Nadie sabe quiénes serán los elegidos, y todos los habitantes bullen en adulación para los torturadores, intrigas y mala fe entre los torturados. El sector radical de los ángeles ha hecho pública su protesta a fin de que Dios, en Su Infinita Bondad, presione a los demonios. Porque no está bien que a la tortura de la infinitud se añada el castigo mediante la esperanza

·Augusto Monterroso: “caballo imaginado a Dios”
Tegucigalpa, 21 de diciembre de 1921México D.F., 7 de febrero de 2003), escritor hispanoamericano, conocido por sus colecciones de relatos breves e hiperbreves.

·Augusto Monterroso: “el mundo”
Dios todavía no ha creado el mundo; sólo está imaginándolo, como entre sueños. Por eso el mundo es perfecto, pero confuso.

·Enrique Anderson Imbert: “cortesía de Dios”
Escritor, ensayista y profesor universitario
argentino.

Hoy yo estaba descansando en mi rincón oscuro cuando oí pasos que se acercaban. ¡Otro que descubría mi escondite y venía a adorarme! ¿En qué tendría que metamorfosearme, esta vez? Miré hacia el corredor y vi a la pobre criatura.Era peludo, caminaba en dos pies, en sus ojos hundidos había miedo, esperanza, amor y su hocico parecía sonreír. Entonces, por cortesía, me levanté, adopté la forma de un gran chimpancé y fui a su encuentro

miércoles, 13 de octubre de 2010

"Ensayo Teoría Literaria 2"

Capitulo 7: Literatura y biografía.

Desengrosando un poco lo que es en si la biografía, podemos ver como esta es la historia de la vida de una persona narrada desde su nacimiento hasta su muerte, consignando sus hechos logrados y sus fracasos, así como todo cuanto de significativo pueda interesar de la misma.

Para ello suele adoptar la forma de un relato expositivo y frecuentemente narrativo y en tercera persona de la vida de un personaje real desde que nace hasta que muere o hasta la actualidad. En su forma más completa, sobre todo si se trata de un personaje del pasado, explica también sus actos con arreglo al contexto social, cultural y político de la época intentando reconstruir documentalmente su pensamiento y figura. La biografía puede registrarse en forma audiovisual o en forma escrita; en este último caso constituye un subgénero literario de la Historia que se divide a su vez en diversos subgéneros.

Hablando de las obras de arte, podemos ver como lo más relevante e importante en esta es el creador de la misma, el autor; y de aquí vemos como se basa y se desenlaza la función de la personalidad y vida del escritor.
La biografía se puede ver desde muchos puntos de vista, uno de ellos es con relación a la luz, que se proyecta sobre la obra poética.
Para lo que nosotros necesitamos entender alrededor de la investigación literaria, la biografía explica y a su vez, ilustra el producto efectivo de la poesía. Otro punto de vista es que aboga el interés intrínseco de la biografía y otro, que se considera como conjunto de materiales para una ciencia o futura ciencia.
Antes que nada, podemos ver como la biografía es un antiguo género literario que es cronológica y lógicamente una parte de la historiografía. No da distinciones metodológicas entre un estadista, un general, un arquitecto o en fin, en una persona de vida pública.
A través del paso del tiempo, las opiniones cambian, y en el aspecto biográfico no fue la excepción. Se dice que todo lo relacionado con el método biográfico ha cambiado desde los tiempos de Shakespeare, ya que los materiales biográficos se han multiplicado en el caso de muchos poetas, porque los poetas se han vuelto conscientes de sí mismos.
Existen dos tipos de poetas, el objetivo y el subjetivo; los cuales se pueden ver reflejados desde diferentes tipos de poesías, como por ejemplo las del Renacimiento, las novelas naturalistas etc.
Si hablamos de la importancia de la biografía, no solo podemos referirla a su importancia crítica; también se puede ver la parte de la sinceridad que a menudo se aduce que es falso si se juzga a la literatura en función de la veracidad biográfica.

Capitulo 8: Literatura y psicología.

Si hablamos del término de psicología de la literatura, podemos apreciar cómo se pueden ver desde diferentes puntos de vista como es el estudio psicológico del escritor, como tipo y como individuo o al estudio del proceso creador, o al de los tipos y leyes psicológicas presentes en las obras literarias, o bien a los efectos de la literatura sobre los lectores.

Hablando de la parte psicológica de la literatura o en su defecto de los poetas y escritores de esta, se pueden ver claros ejemplos que ayudan a que entendamos dicha psicología en este ámbito. Si el escritor es neurótico pone la neurosis en sus escritos, si esta alegre impregna alegría en sus obras, si esta triste llena de tristeza sus creaciones; a través de estos ejemplos, podemos ver cómo según el estado de ánimo o de personalidad de los autores de obras influyen concretamente en la manera en la cual escriben.

Desde el punto de vista de Freud, el escritor es del todo fijo, si no que es a su vez cambiante.

El arte desde la neurosis suscita la cuestión de la imaginación en relación con la fe; el novelista cuenta historias, lo que menciona que reconstruye su experiencia hasta acomodarla a su gusto redundando en su favor, y también el hombre que sufre alucinaciones, confundiendo el mundo de la realidad con el mundo de las fantasías.

Otro de los rasgos particulares que se pueden ver en los literarios, y más en específico a los poetas, es la sinestesia o vinculación con las percepciones sensoriales procedentes de dos o más sentidos; como los oídos y la vista.

Hay que hacer una clara distinción y diferencia entre la estructura mental de un poeta y la composición de un poema, entre la impresión y la expresión.

Desde muchas perspectivas, la psicología se puede haber extendido su sentido de la realidad y puede haber afinado sus facultades de indagación o puede haberles permitido dar con estructuras hasta entonces desconocidas.


Capitulo 9: Literatura y sociedad.


La literatura representa la vida, y la vida es en un a gran parte, una realidad social, aun cuando también se ha visto un objeto de imitación, literaria el mundo natural y el mundo interior o subjetivo del individuo.
Se puede ver una clara relación entre literatura y sociedad, suele verse desde la frase que remonta a De Bonald lo cual dice que la literatura es una expresión de la sociedad.

El auge de los métodos literarios, las tradiciones, las evoluciones y todos estos aspectos, más que cancelar la posibilidad de una sociología dialéctica, ofrece el espacio para el replanteamiento de sus presupuestos teóricos-epistemológicos.

La literatura es reflejo de la sociedad y de la política y de todo lo que tenga que ver con la humanidad, por ejemplo, si se imagina una época de la primera guerra mundial pero se hace un estudio sociológico de lo que sucedía en varios países de Europa siguiendo la peseta como hilo conductor y si se lee cualquier libro se pueden ver a través de las palabras la vida de la gente de campo, sus costumbres muy especificadas en la literatura y en la sociedad, se ven como van de la mano y son fiel reflejo de la realidad.

Se puede ver como la parte sociológica de la literatura es un método que estudia las obras literarias de los llamados trascendentes, es decir, de aquellos que analizan las obras en virtud de una clave interpretativa que está más allá de la configuración lingüística del texto.

Se ve como a su vez dicha sociología establece conclusiones que parten de la consideración de la literatura como realidad, fenómeno o institución social, en tanto que relaciona las obras literarias y sus creadores, la sociedad y el momento histórico en que nacen, y la orientación política que las inspira.

Desde otro punto de vista y otro término, se dice que el origen no es sinónimo de sociología de la literatura, pero ha terminado con el tiempo por referirse, aunque de forma más limitada, al semejante contorno de estudio.

Si se pudiera demostrar de un modo concluyente la determinación social de las formas, seria permisible plantear cuestiones de si las actitudes sociales no pueden hacerse constitutivas de una obra de arte y entrar en ella con valor artístico.


Capitulo 10: Literatura e ideas.


La relación clara entre la literatura y las ideas, se puede entender desde muchas perspectivas. La literatura se entiende como una forma de filosofía como ideas recubiertas de forma, y a través de ella se analiza para obtener ideas dominantes.

La historia de las ideas debe de recibirse por los estudiosos de la literatura y no simplemente por comprensión filosófica sobre literatura.

Todos los criterios existentes sobre la literatura, hacen que sin duda alguna en una confusión de las funciones de la filosofía y del arte en un erróneo modo de entender la manera en que las ideas entran realmente en la literatura.

La integración entre la filosofía y literatura es en muchas ocasiones ilusorias y los argumentos en su favor están exagerados porque se basan en un estudio de la ideología literaria, declaración de intenciones y programas que desde una manera forzosa, acuden a formulaciones estéticas que tiene una relación con la práctica real de los artistas.

La poesía filosófica por grande que sea su grado de integración solo es una clase de poesía y que por supuesto en la literatura no es forzosamente central, a menos que nos aferremos a una teoría de la poesía como revelación, esencialmente mística.

La poesía de ideas es como otra poesía, y no se debe de juzgar por el valor del material si no por el grado de integración y de intensidad artística.

Capitulo 11: La literatura y las demás artes.


Las artes son creaciones que expresan ideas o emociones en relación a un mundo real o imaginario. Tenemos como ejemplo la literatura de la Fotografía, del cómic, del cine, de la arquitectura, la escultura, la música en fin, de muchas diferentes artes que para su creación necesitan de literatura.

El arte de expresarse mediante movimientos del cuerpo se puede ver como danza, el de expresarse por medio de sonidos y silencios se puede ver como es la música, la pintura es un medio de expresión por medio de imágenes de dibujos y así sucesivamente todos los tipos de artes.

La literatura ha sido desde siempre la base de cualquier arte, las obras literarias han sido la inspiración que muchos artistas han necesitado para desarrollarse.

Todas las artes interactúan entre sí y se influencian, hay incluso técnicas que se usan en más de un arte.

"Ensayo de Teoría Literaria 1"

Primer capítulo: La literatura y los estudios literarios.
Se puede ver como en primera estancia, se nota una cierta distinción entre la literatura y los estudios literarios. La diferencia es que la literatura es como creadora, constituye un arte y los estudios no son precisamente una ciencia si no una especie de sabiduría.

La literatura como se puede saber, es el arte que utiliza como instrumento la palabra. También se refiere al conjunto de producciones de una nación, de una época o de un género (la literatura griega, la literatura del siglo XIX, entre otras), y al conjunto de obras que tratan sobre un arte o una ciencia y lo que la trata y los estudia, se le llaman precisamente géneros literarios.
El problema muchas veces se ve reflejado en la forma de abordar o conocer el arte, y sobre todo el arte literario; sin embargo, y mediante argumentos de personas conocedoras del tema, es posible emplear métodos desarrollados por las ciencias naturales, y transportarlos al estudio de la literatura.
Hablando de la ciencia natural, podemos decir que se interesa por lo concreto y lo individual; desde un lado, los individuos pueden ser cubiertos y comprendidos por referencia a algún esquema, para así decir lo que es cultura.
Finalizando, se puede comprender como el ideal no disminuye la importancia de la comprensión y el goce simpa téticos como condiciones de nuestro propio conocimiento de la literatura y de su mismo enfoque, nuestras percepciones sobre esta, solo son condiciones previas.

Segundo capítulo: “Naturaleza de la literatura”
Partiendo de la idea de que la literatura es decir todo lo que está en letra de molde, comienza este capítulo que nos habla sobre la literatura en sí y sobre las percepciones de algunos pensadores e historiadores.
Hablando de la historia de la civilización de donde se puede desencadenar gran parte de la literatura, vemos como el estudio de todo lo relacionado con esta, tare consigo lo que en realidad son los estudios estrictamente literarios, ya que todas las distinciones desaparecen, y de igual manera se considera valiosa en cuanto a los resultados de dicha disciplina.
Acá se trae a colación la poesía lirica, del drama y de la novela, las grandes obras que se eligen desde un criterio estético; desde otro punto de vista, se exalta la manera intelectual de estas y la composición como tal.
También se puede ver como en ciertas literaturas que están desarrolladas, y especialmente de algunas épocas, el poeta no hace otra cosa que servirse de una convención establecida, o sea el lenguaje como tal. También la poesía genuina nos afecta más sutilmente, pues el arte impone una estructura por así decirlo, lo cual saca el contenido de la obre del mundo de la realidad.
Según el documento el núcleo del arte literario ha de buscarse en los géneros tradicionales de la lirica, la épica y el drama, en todos los cuales se remite a un mundo de fantasía y de ficción.
Finalizando, todas las distinciones y términos que se vieron en el capitulo, entre la literatura y no literatura, permitieron el desarrollo del concepto como tal, de los errores que muchas veces se comenten por creer que se está haciendo literatura solamente por el hecho de escribir y ya; también vimos las partes que tienen que ver con este, como lo es la variedad, la contemplación, la estética y la construcción de los textos, parte fundamental de la creación de la literatura.

Tercer capítulo: “función de la literatura”
En todo momento, historia o tiempo, la naturaleza y la función de la literatura es continua. Acá es donde se hace presente la poesía, donde se ve su naturaleza, y todo objeto o clase de objetos se utiliza del modo más eficaz y racional para aquello que es, o que se ve como fundamentalmente.
Se puede ver como en toda obra literaria se puede observar una excesiva función literaria, aunque sea interesante o pueda defenderse por otros conceptos.

Se pueden ver los tipos de literatura existentes, como lo es la alta literatura, la buena literatura y la literatura infraliteraria; en las cuales es muy importante la percepción de cada quien, pues depende del observador, del lector, es de donde se deriva el tipo de literatura, aunque estas tienen de igual manera unas normas.
Toda obra literaria debe de tener una precepción buena, y leerle, adaptarla y tomarla en serio, es por lo menos darles la importancia y una muy buena utilidad a lo que se percibe.
La parte relativa de la literatura tiene mucha historia; y una parte fundamental en la literatura y la cual mencionan mucho en el texto es la poesía, la cual tiene muchas funciones posibles; una de ellas y la principal es la fidelidad a su propia naturaleza.

Cuarto capítulo: “teoría, critica e historia literarias”
Inicialmente, el capítulo nos hablaba de algunos términos como la filología que es una palabra proveniente del latín philologĭa, y que a su vez, significa: “amor o interés por las palabras”. Desde un campo más completo y ampliado, es la ciencia que se ocupa del estudio de los textos escritos, a través de los cuales intenta reconstruir, lo más fielmente posible, los textos originales con el respaldo de la cultura que en ellos subyace.
El filólogo se sirve, por tanto, del estudio del lenguaje, la literatura y demás manifestaciones escritas, en cuanto constituyen la expresión de una comunidad cultural determinada. Desde otro punto de vista, la filología, puede ser un término usado antes del siglo XX para lo que ahora se entiende como la lingüística.
A partir de esto, se hablaba del estudio de los autores de cada obra literaria; y se mencionan y se pueden percibir como el único argumento posible contra el estudio de autores vivos es la consideración de que el estudio renuncia a la perspectiva de la obra completa.
A través de la teoría literaria, se puede percibir un poco de su historia, donde se llena de gran importancia para la crítica literaria tan pronto como esta ultima va mas allá de la declaración subjetiva de simpatías y antipatías. De aquí es donde se puede ver como el crítico que se contenta con ignorar todas las relaciones históricas se extravía constantemente en sus diferentes juicios y pensamientos.
Ya al finalizar el texto podemos ver como aparece la sensibilidad moderna la cual le da perspectiva a la poesía anglosajona o a la abundante lirica medieval; y de la misma manera se puede ver la protección de algunos puntos de vista históricos y el estudio sistemático de los problemas que se hacen presentes en estos.

Quinto capítulo: “literatura general, literatura comparada y literatura nacional”
La literatura comparada, es empleada por los estudios anglosajones, es quizás un poco compleja y difícil de entender, sin embargo, es muy importante en la modalidad de los estudios literarios ya que en el nivel académico no ha tenido tanto éxito.

En cuanto a la práctica, abarca todavía las esferas de estudio y de grupos de problemas bastantes distintos.
Estudia la literatura oral, la literatura culta, y la literatura artística.
Por otro lado, se ve otra percepción del término literatura comparada, ajustado al estudio de las relaciones entre dos o más literaturas.
Hablando de las dificultades que emplea esta percepción sobre literatura comparada, se ve por ejemplo, la acumulación de tales estudios y niegan que puedan surgir un sistema determinado.
La literatura general es referida a la literatura universal, lo que significa y se puede ver como el entendimiento total y perseguir el desarrollo y evolución de la literatura sin tener en cuenta las distinciones lingüísticas existentes.
Y ya hablando de la literatura nacional, podemos ver como esta se refiere a los tipos de literatura específicos de un lugar en especial; pero se puede ver como no solo pueden ser de categorías geográficas o lingüísticas de un determinado sitio.